martes, 27 de septiembre de 2011

EN LA TIERRA DE EL ALGODON ,EL TOMATE Y LA AMAPOLA

A las pocas semanas de ser huespedes de la familia de Manuel Beltran,en el ejido se rego  la voz de que la Trinidad tenia un nuevo  Medico joven asi que se hizo necesario ,conseguir un sitio adecuado donde vivir al tiempo que el Medico pudiera ver a los pacientes .El hermano del sr. Manuel Beltran ,Rodrigo ,quien era un prospero Agricultor,poseia una amplia bodega donde guardaba ,fertilizantes e implementos para la labranza de la tierra nos cedio la mitad de esta bodega para que nosotros la acondicionemos como a bien tengamos.Un carpintero de la zona fabrico un esqueleto de madera a todo la largo de la bodega en esta division se le coloco  un lienzo bien fuerte y templado simulando una pared,para lo cual barnizamos el lienzo con una mezcla de carbonato de calcio y resina ,ademas hicimos divisiones dentro de este espacio ,asi quedo la entrada ,sala de espera ,luego otra division que dio el espacio para la consulta de los pacientes,y por ultimo esta division servia para aislar lo que seria nuestra vivienda,que contaba con dos ventanas  recubiertas de tela metalica para evitar que los bichos se entren ,en ese espacio colocamos 2 catres de madera tipo  tijera y con lona ,en el centro de los dos pusimos la cuna de el bebe  ,en la pared aledaña a los vecinos colocamos un estante que servia para poner medicinas,ollas e implementos del diario vivir,incluida una estufa de Kerosene,en la pared divisoria de lienzo enlucido iva un aguamanil ,y en el piso colocamos unos grandes recipientes de plastico en donde un mozo vecino llenaba a diario el agua que acarreaba del pozo del frente donde vivia Don Rodrigo ,su esposa e hijos.El cerramiento posterior de la Bodega tenia en la parte trasera una puerta de malla metalica y un escalon para acceder a un terreno sin cultivar ,solo habia una especie de pasto;alli montamos una media agua ,en ese espacio armanos  una letrina  y dividido por una pared estaba el lugar donde nos bañabamos  con una escudilla para hecharnos el agua.
No teniamos luz ,lo que usabamos era quinques con mecha a Kerosene,que los distibuiamos en la vivienda en forma adecuada ,ya que tenian que permanecer,encendidos toda la noche ,porque en el espacio que no se pudo cubrir con  el lienzo  a unos 20 cms del piso de cemento ,por alli transitaban los pericotes o ratas imensas que solo la luz evitaba que vengan a incursionar en nuestro espacio ,con el temor que cuando tienen hambre se comen las orejas y narices de los infantes..
En contadas ocasiones el Sr. Rodrigo Beltran nos prestaba una extension con un bombillo que daba luz de su planta electrica ,ello cuando a medianoche venian en busca del Medico con algun herido ,o accidentado a causa  de accidentes en el manejo de tractores e implementos mecanicos de uso agrario .
En la casa vecina que colindaba con nuestra pared ,vivia una pareja ,que el pueblo rechazaba porque vivian en amasiato ,ya que el hombre Don Armando ,habia abandonado a su esposa por la amante ,que la mencionaban por su apellido Cabrera.
A grandes rasgos ,ese era el escenario donde el Medico desempeñaba su labor humanitaria,la cual promocionaba por los altavoces del cine del pueblo cuya propietaria era dueña de la unica farmacia en varias cuadras a la redonda.
Curiosamente los pacientes podian acercarse a que el medico los atienda gratuitamente en el horario matutino ,pero habia la costumbre de no consultarle en horas gratuitas (que era obligacion del Medico de acuerdo con el contrato firmado con la secretaria de Salud ) Los habitantes preferian atenderse en el horario que era pagado ,Pero siempre pedian todo a credito para dizque pagarlo cuando rayaban en sus respectivos trabajos agricolas ,pago que era semanal .Tenian esa mala costumbre  y el Medico tenia que anotar en una libreta las deudas pendientes que incluian ,medicinas etc.
La esposa del Medico salia todos los sabados acompañada de la hija de un Yugoeslavo:Mateo Ledinich, que estaba casado con una Sra. Carmen Vasquez y que tenían una tienda de ultramarinos y cereales ,donde también todo era comprado al fiado.
Al caer de la tarde y cuando el sol declinaba ;salíamos las dos mujeres a cobrar las deudas, armadas con un paraguas para protegernos del sol y la libreta donde se anotaba lo que cada uno debía abonar.Fueron muchas las oportunidades que los deudores se deslizaban debajo de las mesas del café para invisivilizarse ,y no cumplir con el compromiso adquirido.En ese tiempo aprendí a conocer la mentalidad y caracteres de ese conglomerado ,y también aprendí la psicología que había que esgrimir para lograr el cumplimiento de lo ofrecido al momento de ir en busca de salud .
Cuando Mariita (así le decían )y la mujer del medico aparecían en el inmediato horizonte del pueblo se pasaban la voz para desaparecer del escenario , todos aquellos conocidos como incumplidos .
A la hora que salíamos a cobrar por lo general por la carretera a la salida del pueblo nos encontrábamos con una fila de mujeres que con sus paraguas iban caminando en busca del brujo del pueblo que vivía en las afueras .
Esa costumbre ancestral de consultar al brujo por motivos de salud u otros ,era una rémora para poder administrar profesionalmente la Medicina Alópata .








2 comentarios:

  1. Hola abuelita, ¡suena tan emocionante como cuando lo cuenta en vivo y en directo!

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  2. Somos Estela y Arminda Ledinich, nos emociona leer a Consuelo. Nos remonta a nuestra infancia. Gracias y saludos. Somos hermanas de Mariita.

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