martes, 12 de febrero de 2013

UNA MISMA NOCHE

Quito, 11 de noviembre del 2012
Autor: Leopoldo Brizuela

Indudablemente el autor refleja a lo largo de su relato, la sensación permanente de culpabilidad que le aflige en su vida diaria y personal sobre el episodio que ocultó su Padre en relación al compromiso adquirido en su juventud, cuando como conscripto de la escuela Mecánica de la Armada en donde personas como él, de humilde extracción, entran a cumplir tareas, incalificables que los comprometen de por vida a convertirse en espías a sueldo de dicha institución; la cual a través de las dictaduras militares en la Argentina, fueron el icono de las retaliaciones, torturas, secuestros, muertes, desapariciones y monstruosidades cometidas bajo el régimen militar y Naval dirigido desde la famosa ESMA.

Estoy segura que además del informe escrito por Sábato "NUNCA MAS "tiene que haber algún estudio hecho por sociólogos, siquiatras, de algo que se adivina a través de estos testimonios y es la evidente lucha por el poder entre las diferentes instituciones del estado, militares, marinos, policías etc.

Massera y Videla eran rivales en estas luchas ya que el primero en su mente perversa instituyó la apropiación ilegítima del patrimonio de los ejecutados, llegando a acumular inmensas fortunas asimismo, en las versiones de los escritores Tomas Eloy Martínez y Leopoldo Brizuela, se da a conocer que la Iglesia también se involucró en estas demenciales persecuciones.

Aunado a esto la desesperación por apropiarse de los bienes más importantes de la comunidad Judía a quienes acusaban de estar gerenciando el movimiento subversivo de los Montoneros a los que le culpaban del Secuestro y ajusticiamiento del General Aramburu. La comunidad Judía acusada de terrorismo y subversión pagó caro con el caso "papel Prensa", sus propietarios y personal administrativo, muchos de ellos muertos por salvajes torturas, uno de ellos Jaime Goldemberg administrador general de la firma, muerto de paro cardiaco luego de las torturas, el dueño David Graiver quien murió en un extraño accidente aviatorio en México. Por otro lado el testimonio de Lidia Papaleo, esposa de David Graiver, ella se vio obligada a vender ante graves amenazas para ella y el resto de la familia aún vivos; tuvo que vender Papel Prensa, fábrica que era ambicionada por Massera.

Es apenas entendible que haya y seguirá habiendo tanta literatura, narrando estos hechos horrendos, desatados entre la extrema derecha en contra de la extrema Izquierda.

Surgen tantos interrogantes:
¿Quiénes fueron los culpables de esta demencial persecución?
Tiene que existir un estudio sociológico sobre este espinoso tema.

¿Por qué América Latina no alzo su voz para parar esa carnicería?
Resulta abismal tanta desidia y quémeimportismo de las grandes potencias.

¿Seguimos en la ruta de enfrentamientos políticos e ideológicos entre hermanos de nuestra misma sangre?
¿Por qué las ideologías separan y enfrentan a las personas?
¿Y qué de la Iglesia y su doctrina social?
Necesita el mundo actual menos individualismos, mayor solidaridad, menos ambición, en resumen más amor. ¿Llegaremos a entenderlo antes de nuevas conflagraciones?

La violencia social intrafamiliar, religiosa, popular está desatando un clima de inseguridad, aupado por políticos irresponsables que persiguiendo las mieles del poder se olvidan de el verdadero reto que es administrar justicia y los bienes del estado que son propiedad de los contribuyentes, a los que en su momento prometieron servir.

Qué pena que EL OLVIDO es una tónica que marca todas las promesas, la más de las veces incumplidas. 

Consuelo Esguerra

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